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Del B2C al B2E (Del Business to Client al Business to Emotion)

Fecha:  viernes, 28 de agosto de 2020

No es desconocida la necesidad del ser humano de sentirse miembro de una comunidad, en la cual es atendido de una manera personalizada en función de sus intereses y necesidades.
 
Por ello resurge un término en constante actualidad: el Business to Emotion (B2E).
 
Actualmente, se le empieza a dar gran valor a la experiencia humana. Cada vez es más común acudir a los comentarios o reseñas de un producto o servicio antes de decantarnos finalmente por comprar o contratar ese producto o servicio, tomando una decisión final en base a la experiencia que otras personas usuarias han tenido. Como empresas, debemos aprovechar el Big Data como fuente inagotable de información para así poder mejorar las prestaciones de nuestros productos y servicios y ofrecerlos de manera mejorada a futura clientela.
 
Descubrimos que, en el ser humano, la emoción es lo que hace que las cosas importen. En los negocios, es la emoción lo que crea marcas capaces de escapar de ser simplemente un escaparate o catálogo de productos. El negocio que comprende las emociones del consumidor comprende cómo formar vínculos apasionados en el mercado.
 
Si la emoción es tan importante, debemos recopilar tantos datos sobre ella como podamos, establecer algunas definiciones operacionales de la emoción que permitan la medición cuantitativa del desempeño emocional de nuestras empresas e integrar esas medidas de emoción en nuestras implementaciones empresariales.
 
Debemos tener en cuenta que tenemos que basarnos en una perspectiva humanista, dado que la emoción es inherentemente subjetiva. La clave está en emparejar lo racional con lo emocional, debemos reafirmar la importancia de las emociones positivas dentro de la vida empresarial.
 
Tenemos que intentar ser capaces de sensibilizar, de crear corrientes hacia aquellos que nos rodean, tanto miembros de nuestra empresa, como proveedores y clientela, ya que lo difícil de la emoción es que debe sentirse directamente, y, para ello, debemos mostrar un alto grado de sensibilidad hacia las necesidades de los demás y ser magos de sus emociones. La emoción es una experiencia consciente que se construye en el cerebro y se siente allí.
 
Debemos partir de la vida interior de las personas, aquello que les motiva y que posteriormente expresan a través de su parte creativa, en sus creaciones, en su forma de actuar, muchas veces influenciada por la cultura de donde viven. Diferentes personas en diferentes culturas muestran sus sentimientos de diferentes maneras.
 
Por ello tenemos que segmentar de tal manera que la persona que nos quiere comprar un producto o un servicio perciba que nos acercamos a ella de una manera individualizada, basándonos en la granularidad emocional, teniendo en cuenta que esta es la capacidad de percibir distinciones entre diferentes emociones. 
 
Para concluir, debemos observar que cuando se trata de emociones, es importante practicar la honestidad, ya que un cliente fiel es aquel que recibe lo que espera y no le generamos falsas expectativas.
 
José Luis Taboada Fernández
Asesor TIC SmartPeme

 

Fuente:  SmartPeme