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6 trucos de neuromárketing que axudan a as marcas triunfen

Data:  venres, 03 de outubro de 2014

El neuromarketing es una de las nuevas palabras de moda entre la industria del marketing, gracias a sus buenos resultados y al potencial que tiene para entender  qué quiere realmente el consumidor. Las marcas pueden así entender las  reacciones que causan sus anuncios y, aunque los expertos suelen señalar que no se trata realmente de manipular lo que los consumidores quieren o hacer, atacar en los deseos más profundos de sus clientes para conseguir vender.

Las cadenas de supermercados están ya utilizando el neuromarketing para  decisiones tan básicas como el dónde se sitúan las cosas o cómo el olfato impulsa las compras. Y, aunque aún no lo sabemos todo sobre el neuromarketing, es posible ya descubrir algunos puntos base que permiten mejorar los resultados de las marcas y de las compañías empleando el conocimiento que ya tenemos sobre nuestro cerebro.

La marca debe centrarse en las emociones

Lo que el neuromarketing ha demostrado es que las decisiones de compra no son solo cosa de nuestro yo racional. Como explican desde Inc, ante todo y ante cualquier cosa, el cerebro responde con una respuesta emocional. Poco importa que se trate de encender el ordenador a primera hora de la mañana o de tomarse un café a media mañana. Todas esas respuestas se toman en la parte bautizada como cerebro reptiliano y ahí es donde las marcas deben intentar llegar. Las marcas deben centrarse en generar esas respuestas, porque así ganaran al consumidor y conseguirán un mejor recuerdo de marca.

El reptiliano es también el que toma las decisiones rápidas y el que al final acaba inclinando la balanza en las decisiones de compra (que se toman en solo unos  segundos, en realidad). "Mi teoría es muy simple: el reptiliano siempre gana. No me importa lo que me digas intelectualmente. No me importa. Dame el reptiliano. ¿Por qué? Porque siempre gana", explica Gilbert Clotaire Rapaille, el gurú del marketing francés, como recoge Inc.

El esfuerzo de marketing debe llegar al mayor número de sentidos posible

El marketing sensorial funciona. El marketing olfativo modifica, por ejemplo, cómo percibimos a las marcas y hacen que el consumidor no se olvide de lo que ha sentido. El recuerdo de marca es mucho más intenso que el de los estímulos visuales, por ejemplo, lo que hace que las marcas se hayan lanzado ya a una guerra de olores. Lo mismo sucede con la música: la música no es solo un hilo musical para acompañar la compra, sino un elemento que puede hacer que compremos más, que seamos más rápidos o que nos entreguemos a una visita relajada y completa de una tienda.

Lo más recomendable es hacer un esfuerzo de marketing sensorial combinado: las marcas no deben quedarse con uno o con otro estímulo, sino que deben apostar por llegar al mayor número de sentidos posible para conseguir que el poder del recuerdo sea aún mucho mayor.

El dolor vende más que el placer

Curiosamente, el neuromarketing ha demostrado que lo que más toca a los consumidores es la promesa de dolor más que la del placer, como recuerdan en Inc.

"Los consumidores se centran más en no ser heridos que en la necesidad de sentirse bien a la hora de tomar decisiones". Uno de los gurús del neuromarketing asegura, de hecho, que "los humanos son máquinas de evitar el dolor".

La respuesta que los consumidores dan a lo que promete evitar el dolor es tres veces más fuerte que a aquello que promete placer y felicidad.

Al consumidor no le interesa la marca

De hecho, esa condición de individuos plenamente centrados en evitar todo lo que es en contra de ellos hace que los mensajes que no pasan por ahí no consigan llamar su atención. Como apunta a The New York Times un experto en neuromarketing, hay que evitar empezar cualquier relación con el consumidor hablando de ?nosotros' o lanzando un discurso sobre las características de la marca. A lo que reaccionarán es a cómo les protegerá a ellos.

Hay que ser directos: la marca debe mostrar el producto, empezar con esas comparaciones de esto es lo que sería tu vida con nosotros, está la desgraciada existencia sin nosotros y mantenerse dentro de lo concreto y lo tangible. El mensaje simple llegará antes.

Nunca es demasiado pronto para llegar al cerebro del consumidor

Quizás pueda parecer más moralmente discutible o entre dentro de ese terreno más resbaladizo de qué es lo que puede o no puede permitirse una empresa cuando se está acercando al consumidor, pero lo cierto es que la respuesta a los productos, la respuesta que se queda en la parte más profunda del cerebro, no empieza en la edad adulta. En Así se manipula al consumidor, Martin Lindstrom pone varios  ejemplos de cómo el cerebro del niño marca lo que va a consumir como adulto.

No solo se reconocen rápidamente las marcas, sino también los valores asociados a ellas. Y además se asocian un montón de elementos subconscientes durante la infancia. Los estímulos llegan incluso hasta el útero materno: un centro comercial asiático descubrió que la música que las mujeres embarazadas escuchaban durante sus visitas tenía un efecto después en las pautas de comportamiento ante la marca de sus bebés.

No aceptes nada por sentado

Puede que las ideas puedan parecer arriesgadas, puede que otras parezcan un valor seguro, puede que la tradición determine que lo que los consumidores quieren es esa cosa concreta. En neuromarketing ha demostrado que no hay que asumir nada como dogma de fe y que lo que una marca debe hacer para saber qué es lo que quiere realmente la audiencia es preguntarles a sus cerebros.

http://www.puromarketing.com/44/23001/trucos-neuromarketing-ayudan-marcas-triunfar.html

Fonte:  Puro Marketing